jueves, 24 de septiembre de 2009

... siempre se escribió con Tx...

Ya había olvidado de qué color era el pelo, si el tacto era suave o si, por el contrario, era áspero como la piedra pómez. Ya no recordaba si su voz era bonita o si era atractivo al mirar... no se acordaba de lo que valía ni de lo que debía, ni lo que merecía o lo que nunca se le daría. No recordaba, y tampoco importaba. La erosión que causa el tiempo, la costumbre y esa eterna continuidad, borran el relieve de algunas personas que se encierran en una imagen idílica que con cada anochecer se derrumba y en cada amanecer se empeñan en volver a pegar. Olvido maldito que les niega la existencia, y les reduce a sueños sin sentido que no llegaran a nada.
Miro mis manos en el teclado, como quien lo ve através de un cristal. Me siento como viendo Our American Cousin, en el treatro de Ford, la cabeza al descubierto y sin poder hacer más que esperar, a ver que sucede, con la certeza de que no hubo tiempos mejores, y que ningún tiempo bueno vendrá, que el presente es el presente, el gran escenario de la vida, y por mutxo que me empeñe, en el presente, pasado y futuro, siempre con Tx se escribirán palabras frias, que martxitan, fuerza coraje y voluntad, si es que alguna vez existieron palabras cmo esas llenando un solo átomo de esta realidad que baja seguido de plañideras, con paso adelantado y firme, a la sepultura y de ahí, Dios dirá.

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